Son muchas las denominaciones de origen en el mundo del vino. Cada una de ellas tiene sus adeptos y sus oponentes, pero si hablamos de los vinos de la meseta norte de la península, sin lugar a dudas, a nuestra mente nos vienen dos de las importantes: Ribera y Rioja. Sería injusto elogiar a una por encima de la otra. Su rivalidad no impide que sus uvas crezcan casi en una armoniosa convivencia geográfica.
Por ello, Vinelis decidió ponerlas a prueba con un grupo de ejecutivos de la empresa Fluor, una de las compañías líderes mundial en su sector.
El pasado 21 de mayo, en los bellos salones del Hotel The Westing Palace, con vistas a la fuente de Neptuno, situada en pleno corazón de Madrid, y rodeado de los museos más prestigiosos de la ciudad, todos estos ejecutivos fueron testigos de esta formidable cata “Rioja vs Ribera”. Algunos de los vinos más exclusivos de la Rioja y de la Ribera del Duero tuvieron que desplegar en nariz y paladar sus mejores encantos.
Del lado ribereño, las bodegas responsables de dejar el listón alto fueron Pago de Carraovejas, Hacienda Monasterio y Emilio Moro. Del otro lado de la puja, los vinos riojanos fueron representados por las bodegas Muga y Remírez de Ganuza. Fue muy difícil llegar a un consenso en cuanto a quien dominó la contienda. Algunos se inclinaron por el Duero. Bien admiraban el Carraovejas 2011, o elogiaban el Malleolus de Valdemirano 2010, de Emilio Moro, sin obviar el reserva de 2010 de Hacienda Monasterio. Los amantes del Rioja, resaltaron la elegancia del Trasnocho 2009 de Remírez, o el clásico Prado Enea de los Muga.
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